La diferencia entre rendimiento y esfuerzo en el deporte de niños y adolescentes

Esfuerzo y rendimiento en el deporte base

Conozco el sentimiento de ser un padre deportista, queriendo ver a mis hijos hacerlo bien y sintiendo esa sensación de orgullo, emoción y alegría cuando tienen “éxito” en el deporte. ¿Hay algo de malo en querer ver a mis hijos conseguir goles o acertar un tiro libre? Para nada: es natural.

Todos queremos lo mejor para nuestros hijos y verlos triunfar. Lo que está mal es la definición de “éxito” de nuestra cultura en el ámbito del deportivo formativo. Cuando los padres y entrenadores de deportes juveniles definen el “éxito” con estadísticas, victorias y tiempo de juego, nuestro deseo de que nuestros hijos “tengan éxito” puede volverse rápidamente problemático.

Y nosotros, como adultos, comenzamos a enviar señales a nuestros hijos de que nuestro amor y nuestro apoyo por ellos está ligado directamente a su rendimiento en lugar de a su ESFUERZO. Los niños siguen el ejemplo de los adultos que los rodean y si priorizamos el rendimiento sobre el esfuerzo en el nivel deportivo juvenil, les estamos enseñando cosas equivocadas.

No recompensar el resultado: lo que importa es el proceso

Lo explicaba la entrenadora de softbol de Texas Tech y madre, Sami Ward, en el podcast de The Reformed Sports Project: “Los adultos no podemos recompensar el resultado. Debemos recompensar el proceso. El proceso es: cómo han trabajado, cómo se han preparado, han estado presentes y cuando han fallado, ¿cómo han llegado al siguiente lanzamiento?”

A lo largo de este viaje de “crianza deportiva”, he aprendido que el rendimiento NO es algo que cualquier atleta pueda controlar por completo. Hay ganadores y perdedores en cada competición y, a veces, el otro equipo o jugador lo hará mejor.

Esfuerzo y rendimiento no deben confundirse. La noción de éxito en el deporte base está equivocada.
Es necesario diferenciar esfuerzo y rendimiento.

¿Significa eso que mi hijo no se ha esforzado al máximo? ¿Significa que él o ella no han sido un buen compañero de equipo o no han tenido una buena actitud? Y, lo más importante, ¿eso significa que mi hijo vale menos? ¡NO! Simplemente significa que, como padre, necesito centrar mi comunicación con mis hijos en cosas que ellos PUEDEN controlar, como su actitud y esfuerzo.

Ellos ya saben cuándo no han rendido: no hay que recordárselo

Mi experiencia me enseña que los niños ya saben (y por lo general se sienten mal) cuando su “rendimiento” no ha sido el mejor. Ciertamente no va a ayudar a mi relación con mi hijo repitiéndolo o “preparándolo” en el auto de camino a casa.

Tampoco le hace ningún bien a mi hijo verme priorizando los resultados cuando el propósito de los deportes juveniles es que los niños desarrollen nuevas habilidades, tengan nuevas experiencias, sean buenos compañeros de equipo, aprendan a trabajar duro y practiquen dar el 100% de esfuerzo.

Si los niños se centran en las cosas equivocadas porque ven a sus padres y entrenadores centrándose en las cosas equivocadas, perdemos el propósito y la magia de los deportes juveniles.

En palabras de nuestro miembro del Consejo Asesor y agente deportivo de atletas olímpicos, Peter Carlisle, “mientras la cultura deportiva juvenil actual valore el desempeño a corto plazo sobre el desarrollo a largo plazo, el fin nunca justificará los medios”

Crecer como personas: esfuerzo, actitud y aprendizaje

El deporte juvenil no se trata de resultados. No se trata de rendimiento. ¡Se trata de esfuerzo, actitud, aprendizaje, fracaso y diversión! Nosotros, como padres y entrenadores, debemos trabajar activamente para reformar la cultura del deporte formativo actual al priorizar la oportunidad de nuestros hijos para el desarrollo integral del carácter a través del deporte.

En este nivel, debemos concentrarnos en apoyar el crecimiento de nuestros hijos como personas, no en sus estadísticas. Habrá tiempo para eso más adelante, si el niño quiere practicar deportes a un nivel superior. Si trabajamos colectivamente para reformular los deportes juveniles como la experiencia divertida y de aprendizaje que debería ser, todos ganamos.

Nuestro trabajo como padres es simplemente querer a nuestros hijos incondicionalmente y apoyarlos mientras exploran nuevas oportunidades y experimentan nuevas situaciones.

Me gusta recordarme a mí mismo que, como padre de chavales que hacen deporte, primero soy papá y segundo entrenador, y esa línea debe permanecer nítida.






Nick Buonocore es padre de familia y fundador de The Reformed Sports Project.

Este artículo apareció originalmente en inglés en el blog de The Reformed Sports Project y se ha traducido y publicado con autorización de su autor.