El deporte ayuda a mejorar en los estudios: la experiencia de Braval

Josep Masaveu

En el barrio del Raval de Barcelona, Braval (www.braval.org) es un lugar de encuentro de jóvenes de 30 países, inmigrantes y autóctonos. Acuden atraídos por el deporte. Aprovechamos la fuerza motivadora que el deporte tiene entre los jóvenes para realizar un trabajo constante de refuerzo escolar y de conocimiento mutuo de las distintas culturas que cohabitan en el entorno. Todo ello exclusivamente con voluntariado.

Pivotamos sobre el deporte colectivo. Tenemos doce equipos en competición, seis de fútbol y seis de baloncesto, con dos características:

  • Los jugadores están mezclados, para evitar los guetos.
  • Jugar en la liga normalizada de Barcelona, con equipos de todos los barrios de la ciudad.

Tomando como eje estos equipos deportivos forzadamente multiétnicos, impulsamos actuaciones que contribuyen a cohesionar nuestra sociedad a partir de los valores de la diversidad cultural y de la superación de las desigualdades y la discriminación que originan las migraciones. Nos esforzamos en que los jóvenes lleguen al conocimiento de nuestro país y su arraigo en él.

Deporte colectivo es el instrumento para formar personas

Los chicos se acercan a Braval, mayoritariamente, porque quieren jugar a fútbol o baloncesto. El deporte colectivo es el medio del que nos servimos para facilitar la convivencia entre personas de diversas procedencias y es el recurso para motivarlos a estudiar y asumir las pautas de comportamiento de nuestra sociedad.

Se forma un solo “paquete” entre el Programa Deportivo Multiétnico y el Programa 1@1 de mejora personal que permite “estirar” a cada uno de los participantes en un proceso que repercute directamente en el mejoramiento personal, inculcándole hábitos y valores que van formando la personalidad.

Al mismo tiempo, les ayudamos a conocer y asumir la realidad de nuestro país. Sobre esta base se han estructurado los otros programas más instructivos, los programas más lúdicos y el resto de actividades.

El hilo conductor de Braval es la conexión entre cada uno de los participantes con un voluntario, que se convierte en su referente, y con el tiempo se va convirtiendo en un amigo.

Procuramos transmitir y compartir un modelo de civilización, una concepción básica de la persona, con valores como la alegría, la sinceridad, el trabajo bien hecho, el amor a los padres o la amistad leal, que permita vivir unas relaciones humanas basadas en el respeto de los deberes y derechos que conforman la convivencia. 

Deportes y estudios van de la mano y suman

Intentamos que los chicos estén ocupados, presionamos para que vayan a la escuela y hemos conseguido que tengan un absentismo escolar cero. Entre otras cosas, porque saben que, si faltan a clase, no juegan. Las familias están muy implicadas porque ven que esto es una apuesta segura para la promoción de sus hijos.

La actuación del voluntariado permite transmitir unas pocas pautas de funcionamiento muy repetitivas: orden, puntualidad, limpieza, esfuerzo, capacidad de superación, ayudar a los demás, pensar en el equipo, pedir las cosas “por favor”, dar las gracias, etc.

En las situaciones límite hay que llegar al punto de que, si el chico no cumple sus obligaciones, “el sábado no jugarás el partido”. Asumir estas pautas hace que cada chico vaya cogiendo seguridad en sí mismo.

Pero todo empieza en lo más básico, en lo de más abajo. La clave está en cosas como que hay que ducharse después del partido, no se puede faltar al entrenamiento, hay que ir a la escuela y hacer los deberes todos los días. El chico, cuando ve que con estas pautas tiene éxito, se sube al carro; y sus familias también.

Los voluntarios como referente

¿Por qué cambia un chico así? Pues porque establece una relación de amistad con un voluntario a quien aprecia y toma como referente. Esto es lo básico, lo que no puede faltar. Es imprescindible una relación personal para poder ofrecer cariño, comprensión, disculpa, acogida, consuelo y ayuda. De ahí viene la eficacia de la proximidad, por la atención inmediata. Por ello es tan necesaria, eficaz, cercana y humana la implicación del voluntariado.

En estos 22 años de existencia de Braval hemos contado con 1.350 participantes distintos en los programas; 400 ya trabajan, habiendo resuelto todos los trámites legales y administrativos; 118 han hecho bachillerato; 170 han hecho ciclos formativos; 17 han terminado los estudios universitarios; y actualmente 15 están en la universidad.


Josep Masabeu es doctor en Pedagogía y presidente de Braval.