*Saioa Segura
La obesidad infantil se ha convertido en un verdadero problema y quizás no le estamos prestando suficiente atención. Según estudios realizados por la OMS desde los años 80, España es uno de los países europeos con más prevalencia de obesidad infantil y juvenil, una tendencia que se ha agravado con la pandemia.
Pero ¿por qué es tan grave? Entre otras razones porque el sobrepeso y la obesidad en la niñez se asocian a una mayor probabilidad de ser adultos obesos y de desarrollar enfermedades metabólicas.
Educación nutricional para todos
Por eso, los dietistas-nutricionistas defendemos la necesidad de la educación nutricional como uno de los pilares fundamentales que tenemos que trabajar desde la infancia para educar a padres, niños y jóvenes.
Si trabajamos generando buenos hábitos nutricionales seremos capaces de prevenir malnutriciones, muchas enfermedades asociadas a la obesidad y otros trastornos relacionados con la alimentación.
Vamos a plantearnos una primera cuestión:
¿Cómo comen nuestros jóvenes deportistas?
Una pregunta muy sencilla y a la vez muy compleja en su respuesta, que se puede encontrar en nuestros hábitos cotidianos:
- ¿Nos hemos parado a observar alguna vez los alimentos que incluimos en nuestra cesta de compra?
- ¿Planificamos la compra y los menús semanales o improvisamos?
El plan comienza en casa
Este es el primer eslabón, aquí empieza toda la base de educación nutricional, ¡en nuestras casas! Y es que nuestra elección alimentaria y la de nuestros jóvenes deportistas viene motivada por nuestras costumbres, hábitos adquiridos, disponibilidad alimentaria, variedad de alimentos en las casas y por la influencia de los medios de comunicación.
“Alimentarnos para alcanzar el máximo rendimiento” es una frase muy repetida. No significa realizar cosas complicadas, sino simplemente consiste en introducir los alimentos y nutrientes adecuados en términos de cantidad y calidad de nutrientes, antes, durante y después del entrenamiento y/o competición en función del entrenamiento y estilo de vida y objetivo de cada individuo. Pero… ¿cómo puedo saberlo?
Aquí os dejo algunos de los primeros puntos que nos tendríamos que plantear sobre la forma de comer/alimentarse de nuestros hijos:
- ¿Qué cantidad consume de frutas y verduras al día?
- ¿Cuántas veces a la semana ingiere legumbres?
- ¿Consume cereales y panes integrales?
- ¿Qué equilibrio tiene entre proteínas animales y vegetales?
- ¿Consume alimentos de temporada?
- ¿Qué tipo de aceites escogemos?
- ¿Puede disminuir la cantidad de azúcar añadido o libre en mi día a día?
- ¿Cuántas veces a la semana consume bollería industrial o casera?
Una vez obtengas las respuestas y las puedas volver a leer, ahora plantéate: ¿Cómo como yo, el referente-educador de mi hijo/a?
Esto solo pretende ser una reflexión para que podamos plantearnos si realmente necesitamos hacer más hincapié en la educación nutricional de nuestros hijos.
Es fundamental recordar que “una buena alimentación no sustituye nunca un entrenamiento inadecuado pero que una alimentación deficitaria o inadecuada puede limitar y perjudicar nuestro rendimiento deportivo y la recuperación”.
*Saioa Segura es dietista-nutricionista deportiva con una amplia experiencia. Actualmente desarrola su trabajo en el Centro de Alto Rendimiento de Sant Cugat del Vallés (CAR), centro en el que trabaja con deportistas de élite.