La COVID-19 nos está abriendo nuevas perspectiva en todos los ámbitos, entre ellos, el deporte. Con las restricciones y confinamientos, la práctica deportiva cambió durante meses.
Un artículo publicado por U.S. News analiza un estudio los efectos de la pandemia sobre los deportistas que que muchos jóvenes se han replanteado visión del deporte, especialmente en los casos de alto nivel.
El estudio muestra, entre otros datos, que jóvenes deportistas con una dedicación intensiva dudan sobre si quieren retomar el ritmo de entrenamientos previos a la COVID.
El estudio muestra, entre otros muchos datos, cómo un 40% de estos jóvenes perdieron el interés por entrenar para competir.
“Si te quitan el deporte en un periodo de seis a ocho semanas, comienzas a darte cuenta de que hay un mundo sin estrés asociado y que existen oportunidades para el jugar libremente y para hacer lo que quieres hacer en lugar de estar siempre programado con los intensos entrenamientos o la competición”, explica uno de los autores.
También plantea una interesante cuestión: dado que las posibilidades de convertirse en un atleta de élite son ínfimas, deberíamos considerar si cualquier adolescente debe someterse a estos ritmos de entrenamiento y competición.
Y sugiere que padres y entrenadores tal vez deberían dar un paso atrás y fomentar más la diversión en los terrenos de juego.
“Los padres deben darse cuenta de que el deporte se practica por diversión“, señala el científico “Creo que está muy extendida una idea equivocada: los niños necesitan entrenar duro o jugar más. La realidad es que solo queremos que se desarrollen y estén sanos física y mentalmente, lo que significa [dedicarse al deporte] a un nivel recreativo”.
En definitiva, una de las conclusiones es que se debe recuperar la idea de que el deporte es un juego y que quienes lo practican deben divertirse.
Leer artículo completo en U.S. News (en inglés)